Disciplina escolar
De acuerdo a Giuseppe Nérici (1969) citado
por Stenhouse, L. y otros (1974), la dirección del aula consiste en conducir el
conjunto de actividades referentes a su disciplina, a lo largo de la clase,
para que haya un mejor aprovechamiento del tiempo y un trabajo integrado, hacia
la obtención de un mayor y mejor aprendizaje posible. Es la garantía de orden
en la responsabilidad que pone cada cual en la ejecución de una tarea colectiva
(autocontrol).
Según Quinn, P (1989) citado por Watkins,
C. y Wagner, P (1987), disciplina es instrucción que moldea forma, corrige e
inspira el comportamiento apropiado. Woolfolk (2001) expresa que la disciplina
en el aula son técnicas empleadas para mantener un ambiente adecuado para el
aprendizaje, relativamente libre de problemas de conducta. La disciplina se
puede definir entonces como el establecimiento de normas y límites para
realizar un trabajo eficiente en el aula, que debe ser abordado desde el
enfoque multicausal. Es decir, se parte de la visión de que la disciplina no es
responsabilidad de un solo actor, aspecto o variable, por lo tanto, se debe
analizar la diversidad de aspectos o factores que le afectan. Así lo afirma
Abarca (1996), quien expresa que la disciplina se origina en tres fuentes: el
centro educativo, el ambiente familiar y social y el estudiante. Es importante
también señalar el planteamiento de la CECODAP (2003), cuyos integrantes
conciben la disciplina como el dominio de sí mismo para ajustar la conducta a
las exigencias del trabajo o estudio, contribuyendo a la convivencia de la vida
escolar. Igualmente señalan que las normas son importantes al inicio de toda
acción que se emprenda, ya que las reglas de juego deben ser claras desde el
comienzo, por tal razón, el reglamento de convivencia escolar, como ellos le
llaman, es una herramienta normativa y pedagógica que tiene como propósito
regular el funcionamiento, organización y convivencia de la vida escolar.
Por tanto, se puede afirmar que la
disciplina no sólo implica el conjunto de normas y la aplicación de sanciones
cuando la regla es transgredida sino que es importante considerarla además como
parte del mundo interno de la persona, un hábito en donde cada individuo logra
su autodominio para actuar libre y responsablemente sin perjudicar al otro. De
esta manera, se vincula los elementos del ambiente escolar con el ser de cada
individuo. Así, se contribuye desde la escuela a formar ciudadanos para vivir
en armonía y democracia.
Según García y otros (1994) a la
disciplina se le pueden asignar tres funciones, como son: 1. Establecimiento de
formas de organización en los espacios educativos. 2. Normas en el proceso de
socialización y el aprendizaje del educando. 3. La formación de valores morales
y la formación de la conciencia humana. De igual forma, estos autores señalan
que la construcción de un ambiente apropiado para el aprendizaje en el aula o
en cualquier otro tipo de espacio (gimnasio, taller, laboratorio, campo de
deportes al aire libre, etc.) requiere una organización eficaz de las tareas
por realizar y de la construcción e interpretación de las reglas apropiadas,
para que se pueda promover el desarrollo de estudiantes autónomos que disfruten
las tareas escolares (García y otros, 1994). Así mismo García y otros (1994),
expresan que una de las funciones de la disciplina es crear una forma de
trabajo en la cual las tareas o actividades planificadas para el aula pueden
ser realizadas de manera más eficiente. Desde este punto de vista, la
disciplina es un elemento necesario para que la vida y actividad escolar se
lleven a cabo con mayor facilidad. Un elemento esencial que los anteriores
autores mencionan son los valores morales involucrados en la organización del
trabajo educativo. La disciplina entendida en estos términos, se convierte en
una herramienta consciente a través de la cual el individuo junto con otros
individuos (el grupo escolar) consiguen a través de ella unos fines que en el
contexto educativo son los objetivos del mismo proceso de enseñanza aprendizaje
(Beltrán, citado por Santrock, 2002), y es el control del comportamiento en el
aula, el que permite establecer las condiciones óptimas para que se desarrolle
una disciplina positiva en clase. Es así que la disciplina se define como la
estrategia de planificación por parte del profesor para que se puedan llevar a
cabo la concreción de los objetivos (Sabbatella; 2000).
Es importante que los docentes asuman la
disciplina como un proceso del logro de autodisciplina, autodirección y
disciplina consciente; para que la cuota de participación y responsabilidad sea
más efectiva en los distintos actores del sistema educativo, es decir, la
disciplina es una construcción y corresponde a todos, en diversos grados de
responsabilidad.
Comentarios
Publicar un comentario